viernes, 4 de diciembre de 2009

Frases celebres I

Había venido desde Roma en Vespa. Llevaba tatuados unos versos en el gemelo en memoria de la única mujer a la que amó nunca y que, como no, perdió para siempre. Había vivido Madrid cuando los fines de semana pasaron a tener 5 días y vivía bien con poco, en un equilibrio donde lo importante era su salud y viajar. No comía pasta. Le pregunté si sabía picar hielo, y dió la casualidad de que había trabajado años de camarero. Estaba de viaje, solo. Su amigo se había dado la vuelta en Barcelona porque no iba a soportar todo el viaje de ida y vuelta hasta la ciudad más al sur de la península. Pero Lorenzo siguió, puede que solo para llegar a cruzarse un momento conmigo y decirme estas palabras

El sufrimiento pasa, la renuncia queda.