martes, 4 de agosto de 2009





La memoria del sociopata falla. Quema la cabeza de una cerilla, pensando en su fugaz existencia, toda una vida de espera para ser quemada en un instante. Y solo para alimentar un fuego mayor, un hogar que pueda calentar realmente.

La libertad es un bien escaso, o un espejismo de ilusión. Los que eligen el camino alternativo sufren de la soledad del viaje.

Un libro me dijo una vez; aunque vivas rodeado de gente siempre estarás solo. Y quizas sea eso lo que nos aterra y nos lleva a encadenar y ser encadenados. Nos consumimos como el tabaco de un cigarro, atrapados entre paredes de papel que no podemos atravesar y liados a nuestros congeneres.

No tenemos miedo a la muerte, si no a encontrarnos solos por toda la eternidad al otro lado.

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