Internec

Como todas las mañanas encendió el ordenador antes si quiera de ir al baño. El tiempo que tardan los procesos en iniciarse esta calculado y es el justo para hechar la primera meada. Despues se sienta en la silla, la típica silla con ruedas y esa tela de lona azul o negra, ya no se distingue. Entonces repasa compulsivamente las mismas páginas y en el mismo orden. Navega por los mismos foros, comenta las mismas banalidades y ojea las fotos, todas iguales, de "redes sociales" similares una y otra vez, durante todo el día, alternando si a caso con algún video o algún videojuego...
Redes sociales, bonito nombre. Pasa más tiempo ante la pantalla que con personas de carne y hueso. Habla con gente que no conoce, en idiomas que apenas domina y se deja impregnar poco a poco por ese sentimiento de aversión al mundo. Acaba encapsulándose en una vida ficticia en la que es lo que quiere ser, y puede destruir todo lo que le cuesta o le asusta sin que existan represalias. Embriagado por este sentimiento es incapaz de captar la realidad sin pasarla por el filtro del ego, hinchado por ese mundo virtual. Allí todo es como debería ser, es el amo y señor de su pequeño mundo donde nadie le niega nada y todo esta a su alcance... su pequeño mundo ficticio. Ha abandonado la realidad con su dolor, fracaso y sacrificio, eso es ya demasiado para su cuerpo desacostumbrado. Su espalda ya no sostiene sus organos, la estructura de aluminio sobre ruedas ha remplazado a su columna vertebral y su biorritmo esta marcado por las actualizaciones de una pagina web. Es un animal biomecánico, mas máquina que hombre.
Y lo peor es que no se da cuenta...

Creo que paso demasiado tiempo delante del ordenador...