Sexo

El sexo que nos vende la sociedad es una gran mentira. Una gran peli porno que adorna los paneles publicitarios de la ciudad.
La verdad es que el sexo tiene más de historias personales, traumas y emociones que de tetas de silicona y corridas faciales finales.

Querer a alguien es un sentimiento muy poderoso. Cuando quieres a alguien te imaginas que recibes un disparo que le iba dirigido y mueres feliz por ello. Querer a alguien es estar dispuesto a darle lo que sea; hasta la vida si hiciera falta.
Las madres nos quieren, o al menos es lo que se supone que hacen.
Se supone que las madres quieren a sus hijos con locura; morirían de hambre alimentandolos, algunas incluso venden su cuerpo cuando no les queda mas remedio.

La forma que tenemos los hijos de agradecerselo es hacernos personas de bien. Asi es como funciona la sociedad. Luego los hijos quieren a sus mujeres y las hijas quieren a sus hijos.

Pero siempre tiene que haber una traba entre los radios de la rueda. Y el ciclo se tuerce, se pierde y se acaba rompiendo. La sociedad exige cosas cada vez mas raras, y los niños se separan de sus propios padres. Se vuelven inseguros y falsos. No saben quienes son y se aferran a lo primero que pretende definirles. Por lo general algun estilo de vida patrocinado por zara, ipod o rayban.

Y asi es como llegamos a la mujer de porcelana y al hombre pasivo. Esclavas del culto a la belleza anoréxica que llenan su falta de autoestima encandilando a hombres con la falsa promesa del sexo, y hombres que se comportan como niños por miedo a desarrollar una sexualidad. Y no culpo a ninguno...

Y que pasa con los vieja escuela? Aprovechamos para ahogarnos en un mar de coños (o de rabos para las damas que comparten esta visión) a la espera de que caiga Babilonia con sus endebles fachadas de cartón.

A todas y todos, buenas noches y buena suerte.